De un velocista de la talla de Punk a un crack como el invicto Fain; de un fondista de los pulmones de Newmarket a un millero de la clase de Sings, vencedor de Bonsoir en la Polla de Potrillos. Galopadores del talante de I’m Glad (verdugo de Especulante en el Nacional y el Carlos Pellegrini), Lazy Lode, In Bay, Brilliantly, Cheerful –otro titular del Derby-, Samba Regaee, Buen Semblante. Y esa etiqueta de exquisito trainer clásico que lo acompañó en su laureada trayectoria.
Hijo del también eximio entrenador Domingo “Mingo” Elías, nombre plasmado en el stud familiar Don Elías, y hace un buen tiempo retirado de la profesión, con Domingo Eusebio Pascual se fue este miércoles hacia el cielo un cuidador formado al calor de los últimos fulgores de la escuela de antaño, un artístico orfebre de campañas, y un Señor con todas las letras.
Muy dolido en su momento por el caso Nutria en Palermo, en uno de los tantos capítulos inexplicables acuñados por la dirigencia arcaica, sacó a ejemplares del calibre de Tap, la mora Blue Baby Blue –reiterada G1 que además ganó “La Maratón del Turf”-, Charming Mary, Harvard’s Bay, Flibless, So Lovely, Diadoca –la ligera de Las Horquetas-, Gorbot, Florida Light, Astral, Teresine, Sally Girl, Best Choice, High Sever, Berliner, Rapper, Miss Mary, Mi Sureña, Pleyel, Spade, Kiss me Honey, Orange Juice. Y conformó con el “Ruano” Valdivieso un binomio de galera y bastón, de lustre sideral cuando lucía las sedas del Santa María de Araras.
Un viernes por la noche mediando la década del ’90 se acercó hasta una cantina del Bosque para recibir una plaqueta otorgada por el viejo Centro de Periodistas del Turf de La Plata. De esa velada quedaron latentes su simpatía y calidad, repartidas con la humildad de los grandes por quien tenía su corazoncito futbolero en el Rojo de Avellaneda.
Vaya un abrazo sincero para María Virginia y Gonzalo. Para vos, “Cacho” querido, el hasta siempre lleno de respeto.

Pablo F. Gallo