Mi vecino y amigo Eduardo hincha de Racing y aficionado al turf, era un personaje de aquellos con vivencias y anécdotas riquísimas, lamentablemente el año pasado dejó este mundo y partió, por eso quería recordarlo en una especie de pequeño homenaje de quien aprendí muchas cosas del turf ya que además era un sabio en este tema.
Pellegatta dijo una vez “Para saber de caballos tenes que ir a una redonda de perdedores de cinco años y luego a otra de grupo uno y encontrar las diferencias”, son muy pocos los que perciben tales detalles, él era uno de esos pocos, conocía mucho de SPC y siempre tenía un par y sabía comprar y tenía amigos cuidadores muy buenos también.
En los noventa un amigo lo invitó a un proyecto en sociedad, era poner una pizzería en Asunción del Paraguay ya que había muy pocas, él lo acompañó pero a los seis meses se dio cuenta que no era negocio y para salvar la inversión compró cuatro caballos que ahí habían ganado un par de carreras y se los trajo para acá, les había visto pasta sin duda.
Obviamente nadie le podía enseñar a hacer negocios cuando disponía de buenos caballos, sus maestros fueron Alfonso Salvatti y Nestor Yalet, así que de eso sabía bastante, salvó largamente lo que había invertido en el Paraguay y le quedó resto para adquirir nuevos caballos y algunas hectáreas de campos en Buenos Aires.
Una vez me lo encuentro en una agencia de Once en una mesa donde había seis o siete personas y no todos se conocían entre sí, él me había dicho que en la séptima corría una yegua de él y que tenía muchas chances de ganar, era así de generoso para conmigo, pero a la vez era muy reservado para el resto.
De pronto un tal Daniel se pone a hablar de una yegua que se llamaba Pascualita, que conocía al dueño y que hoy no iba a ningún lado, que estaba anotada para dentro de quince días, además agregó “El dueño es un ladrón, bombea a lo loco”, Eduardo me dice al oído, “Esa es mi yegua, pero a este ñato no lo vi en mi vida”, el tal Daniel seguía dando cátedra sobre sus conocimientos.
Llega la carrera la yegua gana chiquito, pero a buen sport, solo gritábamos él y yo, este Daniel dice “Evidentemente se les escapó, porque no estaba jugada”, ahí Eduardo no aguantó más y le dijo “Yo soy el dueño, a vos no te conozco y si la jugué afuera, acá solo las jugadas múltiples, por suerte existen boludos como vos que cuidan de mis intereses”.
Daniel agarró se levantó y partió raudamente, nunca más lo vi en esa agencia, Eduardo pagó la vuelta a todos y pidió perdón por no decir nada, y agregó “De hecho yo no acostumbro a decir nada, porque generalmente los caballos te hacen quedar muy mal” y salió elegantemente de esa situación, un crack
Hugo César Rojas Tanquía (Turf Miradas)