Nacida en General Madariaga, allá por 1978 fue la primera mujer egresada del Centro de Capacitación de La Plata, en la promoción integrada por Luis Martiniano Romero, Julito Sánchez, Daniel Díaz, Luis Falco, José Luis Rodríguez y Claudio Saullo, bajo la tutela de los profesores “Coco” Tárrago y Orlando Baratucci. Corrió poco, menos de 50 carreras, consiguió dos victorias con pupilos de Harry Martínez, pero pronto se casó, tuvo tres hijos y los quehaceres familiares la obligaron a dejar la fusta.
Más tarde estuvo vareando en el Haras San Isidro, de César Iraola, y en el año 2002, tras montarle unos meses al “Mago” Yalet, cuando le negaron la renovación de su patente de aprendiz por la edad, fue nombrada enseguida en el Bosque como palafrenera de a pie. Desde entonces, uniformada con una sonrisa, acompañaba caminando desde la cancha hasta el podio a cada ejemplar ganador.
Además del Turf, donde era comisionista y también una suerte de madrina de muchos jockeys y aprendices a quienes incluso les lavaba la ropa, tomaba anotaciones para los Eucaliptos, preparaba vianditas económicas para quien lo requiriera y extendía siempre su mano abierta sin esperar jamás nada a cambio, Nélida Haydee Cañete tenía su otra pasión con las bochas. Eximia jugadora, entre lisas y rayadas supo ganarse predicamento en torneos platenses, provinciales y nacionales.
Anoche estaba en Berazategui junto a una amiga, se descompensó repentinamente, cayó al suelo y así partió hacia el cielo, de una manera súbita. Como una película que termina antes de tiempo.
Llevada de la brida por un coro de ángeles, la querida “Vasca” ya entró montada en el seno de Dios.