La Escritora poco a poco le va tomando la mano a la recta, y en el Handicap Tintilla (1000 m, arena normal), la segunda prueba importante de la jornada del jueves en el Hipódromo Argentino de Palermo, dio una clara muestra al respecto.
En su tercera gestión bajo esas circunstancias, tras competir siempre antes en la velocidad con codo, la cordobesa festejó grande ante un lote no demasiado exigente, pero con la solvencia que la cuestión requería y cargando el peso máximo de 57 kilos.
Fue décimo tercera en el Gran Premio Félix de Alzaga Unzué (G1) en su primer paso sobre el derecho, luego perdió por esas cosas de las carreras en el Handicap El Centauro ante Leona Mística (Violence), y ahora pudo llegar a las fotos con una labor sólida y corriendo mucho más cerca de lo que usualmente lo hacía, dominando temprano y afirmándose de los 400 metros al disco para mantenerse.
Corre raro La Escritora, de cabeza levantada, erguida, hasta desprolija pese a su amplia experiencia, pero cuando arranca es una fiera. Lucas Noriega la conoce de memoria -la corre aquí y también mayormente cuando compite en el interior- y sabe cuando y dónde exigirla, consiguiendo casi siempre la mejor respuesta.
El disco la encontró esta vez con 1 1/2 cuerpo de ventaja sobre Emma Spring (Emmanuel, 53 1/2), mientras Sisterhood (Qué Vida Buena, 53 1/2) ocupaba la tercera colocación a la cabeza y la puntera Unbridle’s Holly (Unbridle’s Dream, 52 1/2) llegando cuarta al hocico, todo tras 55s16/100.
Excelente el trabajo de Sergio Carezzana y su equipo con la yegua de Las Burbujas, que mantiene una regularidad llamativa y que no ha dejado de mejorar casi nunca, salvo algún paso en falso cuando estuvo superada por las circunstancias, como la tarde del Unzué.
Cría del Haras El Paraíso, La Escritora tiene por padre al generosísimo Le Blues y por madre a Sanscrita (Sebi Halo), ganadora en San Isidro y nieta de Istiara (Intérprete), clásica en su época y que luego produciría a los ganadores de G1 Bahiaro (Incurable Optimist) y Conocedor (Colonial Affair).